Estamos en un punto en el que pensar en empresas separando este concepto de la idea del respeto al medio ambiente debería ser ilegal y lo digo muy enserio. No puede ser que busquemos soluciones empresariales que nos reporten beneficios y nos olvidemos del planeta. Por ejemplo ¿tan complicado es usar bolsas que no contaminen en los establecimientos? Si no se os ocurre de dónde sacarlas yo os recomiendo un fabricante de bolsas de plástico biodegradables no os preocupéis. Pero el problema es otro ¿verdad?
Muchas veces nos quejamos de boca para afuera pero luego hacemos muy poco o nada por cambiar las cosas o, al menos, mejorarlas, y yo me pregunto ¿eso por qué es? Comodidad, vagancia, perrería… da igual cómo lo llames porque la realidad es que todos tenemos unos minutos al día para dedícaselos al medio ambiente y no lo hacemos y deberíamos concienciarnos de que nos estamos cargando el planeta poco a poco sin darnos apenas cuenta.
Otras veces no nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, o más bien no queremos darnos cuenta. Por ejemplo, ¿sabéis que medio ambiente ha alertado sobre la falta de control de un vertedero en Cartagena durante años? ¿No? Pues aquí tenéis la noticia. ¿Sabíais que este mismo órgano de gobierno ha declarado algunas zonas en Zamora como zonas de actuación especial debido a los incendios de este verano? ¿Tampoco lo sabíais? Pues informaos con esta noticia. Y podría pasarme así horas y horas y aun así seguirían quedando noticias importantes que comunicar.
Lo que ocurre es que la mayor parte de la población escucha estas cosas en los noticiarios y tras exclamar un pequeño ¡Qué pena! o ¡Qué barbaridad! se olvidan del tema. Pero no seamos ilusos que esto mismo ocurre con muchas más cosas: con los niños que mueren de hambre, con las guerras y los refugiados, con los atentados, con las malas condiciones laborales, con los desahucios… la mayoría de nosotros vemos las noticias y hacemos algún comentario en defensa de los que lo pasan mal pero luego seguimos con nuestras vidas normalmente y sólo unos pocos son los que se arman con lo necesario y salen a buscar ayuda, justicia o como queramos llamarlo.
Pues bien, tal vez yo no sea valiente y no me arme de valor y me lance a las calles. Tal vez yo no me atreva a ir a Siria para intentar ayudar a los refugiados y tal vez no tenga los medios para ayudar a los desahuciados pero lo que sí que puedo hacer es cuidar el medio ambiente con pequeños gestos que, aunque no parezcan gran cosa, van sumando poco a poco y muchas personas juntas siendo conscientes de lo enfermo que está nuestro planeta pueden cambiar el destino trágico que a éste le espera si no hacemos nada por evitarlo.