Todos y todas somos conscientes de que existen trabajos que tienen un plus de peligrosidad que es necesario tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a esa rutina todos los días. A nadie se le escapa que un obrero tiene, prácticamente por definición, asignados unos riesgos que su empresa, en colaboración con la Administración, le debe asignar para evitar cualquier tipo de peligro para su persona. Un minero se encuentra en la misma situación. Y un taxista. No hablemos entonces de los repartidores de Glovo o Deliveroo. Son muchas las personas que sufren un riesgo claro y evidente todos los días durante su jornada laboral.