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Un administrador de fincas para nuestra comunidad

Somos una urbanización privada ubicada en la costa alicantina que consta de unos ciento veinte vecinos. Al ser muchos y al trabajar fuera casi la mayoría de nosotros, pues la verdad es que no nos sobra tiempo y por ello hemos decidido para simplificar las cosas y para que reine un buen y agradable ambiente en nuestra comunidad, contratar a un administrador de fincas. Para ello, nos hemos dirigido a la Gestoría Toledano, un despacho que viene prestando sus servicios de asesoría en Alicante desde el año 1972 y que goza de una reputación excelente en el ámbito de la gestión administrativa y asesoramiento de empresas. Al ser un gasto suplementario para nosotros, lo hemos mirado todo con lupa y hemos analizado las distintas funciones que éste podía desempeñar para no llevarnos una desilusión después de haberlo contratado. Como otras comunidades de vecinos que trabajan con ellos nos han asegurado que actuaban con rapidez, transparencia y que aportaban en todos los casos soluciones profesionales, pues la verdad es que nos han convencido en contratarles. Además, tener a una persona ajena a la comunidad para mediar en los problemas que puedan surgir entre vecinos, es la mejor solución para todos y  evitará muchos quebraderos de cabeza.

¿Qué funciones debe desempeñar un administrador de fincas?

Ante todo, hay que saber que para ser administrador de fincas se debe tener el título otorgado por el Ministerio de Fomento. Este título se puede conseguir o bien superando el plan de estudios de la Escuela Oficial de Administradores de Fincas cuya duración es de tres años y es impartido en las universidades españolas y formado por 180 créditos o bien, si ya se dispone de un título universitario de licenciado en derecho, ciencias políticas, económicas, empresariales, veterinaria, ingeniería agrícola, forestal, agrónoma o equivalente, solicitando entonces directamente el título para ejercer como administrador de fincas. Como lo podéis comprobar, se trata de una persona preparada y capacitada para ejercer este oficio. Por otra parte, hay que subrayar que se debe diferenciar entre las fincas que son arrendadas de las que son de propietarios. Veremos a continuación por qué. Cuando se trata de fincas arrendadas, la función del administrador consiste en seleccionar al arrendatario, redactar y firmar el contrato y constituir el detalle de la fianza. Asimismo, se ocupa de  la obtención de la cédula de habitabilidad, del cobro y de la actualización de la renta. También lleva el tema de los gastos e impuestos, incluido el IVA y la aplicación de retenciones sobre el IRPF, etc. Con ello, gestiona el traspaso de los locales comerciales, atiende cuando son necesarias las obras de reparación y mejora de los edificios. Otras de sus funciones consisten en ocuparse de las obligaciones derivadas de las relaciones laborales con los empleados del inmueble, de las liquidaciones al propietario, de los casos de morosidad y de cualquier otra cuestión  relacionada al arrendamiento. Con lo cual, podéis apreciar lo útil que puede ser contratar a un administrador de fincas para que os lleve todo este trabajo.

En lo que se refiere al administrador de fincas de propiedad, aunque muchas de sus funciones sean similares a las citadas anteriormente, otras no lo son sin embargo. Éste debe en todos los casos velar siempre por el buen funcionamiento y conservación de todas las instalaciones y servicios de la finca. Debe ocuparse, además, de los pagos y cobros, de los casos de morosidad, de las obras cuando éstas son indispensables. También debe controlar los proveedores, ocuparse de las relaciones laborales con  los empleados de la finca, llevar una adecuada contabilidad y velar por una buena armonía entre todos los residentes de la comunidad. Otra de sus obligaciones –que a mí me parece importante señalar– es que debe informar sobre las ayudas o subvenciones a las que se puede pretender en caso de rehabilitación u obras de mejoras. Por fin, debe actuar cuando es necesario, como secretario de la comunidad en acuerdo con el presidente y convocar la junta y asistir a la reunión cuando se presente el caso. Como lo veis, sus funciones son múltiples y diversas. Por ello, si queréis que vuestra urbanización esté adecuadamente gestionada es importante confiar en un administrador de fincas, tal y como lo hemos hecho nosotros contratando los servicios de uno de ellos al dirigirnos a la Gestoría Toledano, un despacho alicantino altamente profesional y reconocido no sólo en el ámbito de la gestión de empresa sino también administrativa. No me “iré” sin añadir que si no estáis satisfechos del trabajo de vuestro administrador de finca, siempre os quedará la posibilidad de hacerlo saber en su Colegio, ya que éste puede ejercer su actividad disciplinaria cuando uno de sus profesionales no respeta y aplica las normas deontológicas del oficio.

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