Bilbao ha pasado en 24 horas de tener unas máximas de 22 grados aproximadamente a sufrir una ola de calor con 42 grados en las horas centrales del día y lógicamente el resto de España no se ha quedado corta. Se trata de la primera ola de calor del verano, y ya estamos todos asfixiados, si a eso le sumamos que según meteorología este miércoles van a volver a subir las temperaturas en otra ola de calor es normal que haya quien se esté llevando las manos a la cabeza. De hecho, incluso se han hecho memes en Internet al respecto, asegurando que lo que hemos vivido este pasado fin de semana era un “tráiler” de la verdadera ola de calor. Sea como sea, esto cada vez es más insoportable.
El cambio climático está causando estragos, todos los abemos, y quien no quiere verlo es que le faltan dos dedos de frente, pero el caso es que estamos de lleno en una situación crítica en la que las temperaturas van en aumento año tras año, así como los desastres naturales, las tormentas espontáneas y los DANA (gota fría) por todo el mediterráneo. ¿No sería conveniente empezar a pensar que, además de intentar paliar lo posible ese cambio climático debemos adaptar nuestras viviendas a lo que está por llegar?
Son muchos los países que ya están poniendo su granito de arena. Islandia, por ejemplo, ya es prácticamente un país limpio. La energía la generan centrales gigantes con una tecnología capaz de extraer electricidad del calor del suelo, de la fuerza del agua, del viento y del sol. Algo que nosotros podríamos imitar, igual que muchos otros países, pero que no hacemos. Del mismo modo, Islandia tiene una de las mayores flotas de vehículos eléctricos, no contaminantes, y prácticamente todas las grandes compañías con sede en el país tienen una gestión de residuos nulos, lo que significa que los residuos que generan se reutilizan para otros productos, para generar energía o para cualquier otra cosa, pero nunca se lanzan a supuestos contenedores hasta que se olvidan en un rincón del planeta.
Ojalá todos fuéramos un poco más como ellos en este sentido ¿verdad? Pero mientras tanto debemos hacer lo que podamos para contaminar lo menos posible y contribuir a una mejora, lo más drástica posible, de nuestro ecosistema.
Por ahora, lo que debemos hacer es protegernos contra esos cambios en el clima que provocan desastrosas tormentas y altísimas temperaturas pero la mayoría de las viviendas españolas no están preparadas. Ni siquiera los edificios de la costa mediterránea, que es un área donde todos los años se han sufrido altar temperaturas en verano, están preparados para soportar los 40 grados a la sombra que alcanza el exterior en muchas ocasiones. Por eso es necesario empezar a mejorar nuestra calidad de vida en el interior de las viviendas.
Aislamiento
Podríamos empezar a hablar de aires acondicionados, de climatizadores o de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo que nos ayudan a mantener la casa fresquita gastando muy poco en la factura de la luz y ahorrando CO2 al planeta. De hecho, si alguno de nuestros lectores está interesado podemos incluso recomendarles empresas, como Eficiencia V, quienes tienen gran experiencia y en los que confiamos ciegamente. Pero aunque nos encantaría que la mayor parte de españoles contara con este tipo de energía limpia, la realidad es que no todos podemos permitirnos lo que cuesta la instalación de un sistema de autoconsumo, ni de forma individual ni en comunidades, así que antes de empezar a hablar de cómo enfrías la vivienda y de cómo hacerlo de forma ecológica, creo que debemos hablar del aislamiento.
Si tienes un aire acondicionado de gama media e intentas bajar la temperatura 10 grados en una estancia gastarás un número determinado de kilowatios hasta conseguirlo y luego le añadirías el gasto de mantener esa temperatura. Tal vez, mantener una estancia en 26 grados cuando fuera hay 38 podría salirte por más de 200 euros al mes en los meses estivales, y siempre y cuando esa habitación no tenga fugas. ¿Y por qué digo esto? Pues básicamente porque son muy pocas las casas que están debidamente aisladas, tanto del ruido como de la temperatura exterior.
Pero ¿cómo podemos aíslas nuestra vivienda sin dejarnos todos nuestros ahorros en ello? Seamos sinceros, por muy económico que quieras hacer este trabajo, si lo haces bien, te costará un dinero que a muchas personas les puede parecer elevado, no obstante hay formas de que ese gasto se eleve lo menos posible y sea todo lo eficiente que puede ser. Por ejemplo ¿sabíais que se pueden aislar paredes sin necesidad de obras? La conocida empresa Crear Sur nos ha explicado cómo, se hacen unos pequeños agujeros en las paredes exteriores de la vivienda (ya hablemos de una casa unifamiliar o de un piso en un edificio comunitario) y se inyecta en la cámara de aire de las mismas, a través de unos pequeños tubos y con unas máquinas especiales, un material aislante que crece dentro de las paredes hasta cubrir el espacio de esa cámara de aire por completo. Eso significa que no se ve nada por fuera, ni por dentro de la vivienda, e implica que no hay engorrosas obras ni gastos innecesarios de por medio.
El resultado final es un aislamiento óptimo de las paredes exteriores de una vivienda a un precio económico y en cuestión de horas.
Ahora bien, ¿se arregla todo con esto? Desgraciadamente no, el tema de los cerramientos de ventanas y puertas es igual de importante que el aislamiento de las paredes, por eso, lo ideal es contar con ventanas de PVC o de madera perfectamente instaladas con, al menos, doble cristal con cámara de aire. Además, si esos cristales son a prueba de ruido y de rayos solares mucho mejor.
Sin embargo, este gasto sí que puede llegar a ser muy elevado, y cuantas más ventanas haya en la vivienda peor, por eso podemos utilizar algunos trucos que pueden salvarnos la vida.
Por un lado, es recomendable utilizar burletes para evitar la fuga, o entrada, de aire. Si nuestras ventanas son viejas es normal que no cierren herméticamente y por tanto se escapará el aire fresco de nuestro aparato de aire acondicionado al tiempo que accederá aire caliente por las rendijas de dichas ventanas. Los burletes pueden ayudarnos a paliar eso. Y, por otro lado, la instalación de láminas de protección solar en los cristales de esas ventanas nos protegerán de la incidencia del sol. Según ISP Control Solar hablamos de un gasto muy inferior al que supondría la compra e instalación de nuevas ventanas en toda una vivienda.
Otros trucos que ayudan a evitar el calor en verano dentro de casa: ventilar la vivienda a primera hora de la mañana y luego mantener las ventanas cerradas para evitar que el aire caliente ingrese en el interior de la vivienda, colgar cortinas gruesas y opacas que paren la incidencia del sol, instalar toldos en ventanas y balcones, etc.