En el salón, una reforma te lleva a otra

Había oído muchas veces este popular dicho que os mencionamos en el título, aunque nunca le había prestado demasiada atención, ni me había parado a pensar realmente lo que todo lo que significaba e implicaba, si bien ahora, después de haber realizado una pequeña reforma en el salón de mi casa, es cuando de repente me di cuenta y comprendí toda la sabiduría popular que contiene.

Adquirí la casa donde vivo hace unos diez años y ya desde la primera visita vi todo su potencial.  Me resultaba fácil imaginarme a mí misma viviendo allí y disfrutando del entorno, si bien a la vez me daba cuenta de que con unas mínimas obras podía mejorar la situación, por ello desde el inicio siempre tuve en mente realizar unos pequeños retoques y remodelaciones, primero para actualizarla y conseguir así unas mejoras más que evidentes para cubrir mis necesidades, y segundo para darle un nuevo aire a la casa con el fin de hacerla más cálida, acogedora y adaptarla a mi gusto personal. Al principio debido al desembolso económico realizado tuve miedo de no poder afrontar unos gastos no indispensables, pero ya pasado el momento inicial decidí ponerme manos a las obras y comenzar a contactar con alguna empresa especializada en reformas y pedir presupuestos. Las reformas que deseaba acometer eran:

–       Revisar la iluminación del salón.  Mi salón disponía de dos zonas bien diferenciadas, una del comedor y otra la del salón propiamente dicho, con dos lámparas que daban luz a cada una de las zonas. Mi idea era eliminar las lámparas e integrar perfectamente en el techo unos focos led de bajo consumo, que iluminan y agrandan el espacio.

–       Darle un cambio al suelo cerámico existente. En el mercado existen actualmente diversos modelos de suelos machihembrados que encajan entre sí, y que se colocan encima del pavimento ya existente, sin necesidad de obras. Aportan una gran calidez y personalidad a la vivienda.

–       Sustitución de los embellecedores y enchufes. Este pequeño, sencillo y económico detalle le dará un aire más moderno y atractivo a nuestro salón.

–       Renovar las puertas. Cuando la vivienda cuenta con unas buenas puertas de madera del típico y clásico color natural, una buena opción es mantener las mismas puertas, actualizándolas con una aplicación de un barniz con tinte con un acabado brillante y satinado o lacarlas de color blanco para transmitir una mayor luminosidad y ligereza.

–       Cambiar las manillas de las puertas. Es un trabajo sencillo, económico y una gran solución si las manillas interiores están deterioradas o simplemente se han pasado de moda.

–       Pintar paredes y techos. Unos botes de pintura pueden dar un giro radical al estilo de un salón, además según el color que se elija nos ayudará a ampliar o reducir visualmente un espacio. Los colores claros dan siempre una mayor luminosidad, sensación de amplitud y limpieza, mientras que los oscuros pueden llegar a empequeñecer un espacio o ensombrecer nuestro estado de ánimo. Por ello se debe elegir un tono de color que nos haga sentir cómodos y felices en nuestra casa.

Decoración

Una vez realizados todos estos cambios en mi salón, me senté tranquilamente a contemplarlo y es cuando comprendí el significado de “una reforma te lleva a otra”, el sofá que tenía ya no me pegaba demasiado en este nuevo salón, un chaise longue me ayudaría a marcar distintos ambientes en el mismo lugar, a la vez que aporta comodidad y un toque de elegancia. El problema es que hacía tantísimos años que no me molestaba en comprar o buscar nada parecido que estaba más perdida que un pulpo en un garaje. Mi cuñada, que adora la decoración, fue la que me dio los siguientes consejos:

  • No compres chaise longue con canapé debajo. Como almacenamiento extra puede ser genial pero poco a poco se van hundiendo las maderas, del uso, y al final no merece la pena para nada.
  • Compra una chaise longue fabricada con los nuevos tejidos antimanchas, son magníficos, sobre todo si tienes niños o mascotas.
  • Siempre que te quede bien en el espacio, cuánto más grande mejor. Nunca sobra espacio para sentarse o tumbarse a ver una buena película.
  • Elige un color neutro. Puede que un tejido estampado sea muy moderno pero acabarás cansándote de él y tendrás que combinar el resto de la decoración con los colores de dicho estampado por lo que usar un color neutro será mucho más inteligente.

Con todos esos consejos decidí empezar a recorrerme todas las tiendas especializadas de mi ciudad y la verdad es que se notaba mucho la diferencia de calidad entre un producto y otro. Con respecto a los tejidos, gracias a Rioma aprendí que son los «safe and clean» los que repelen la suciedad y se limpian son pasar un paño húmedo y jamás lo habría sabido si mi cuñada no me hubiera hablado de ellos y me hubiera mostrado los ejemplos de la web de Rioma. Llegado a este punto me di cuenta de que, antes de comprar cualquier producto, lo primero que debemos hacer es informarnos de sus características y de por qué es mejor o peor que otro de su competencia ya que, si no lo hacemos, podemos acabar comprando algo que nos dure menos que un chupachup en la puesta de un colegio.

Algunos de los otros detalles que ayudaron a transformar mi salón fueron, entre otros, un cambio de cojines, una nueva alfombra, una lamparita de sobremesa, un espejo… Además, incluir zonas verdes en nuestro domicilio nos sirve de gran ayuda para que la estancia parezca nueva por lo que las plantas nunca pueden faltar en nuestro hogar.

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