Hay un dicho popular que afirma que es necesario renovarse para no morir. Se trata de una frase que se puede aplicar a diferentes ámbitos de la vida y que hace una especial incidencia en la necesidad de ajustarse a lo que demandan los tiempos para poder adaptarnos a ellos. Se trata de una frase que se tiene muy en cuenta dentro del mundo empresarial que es más competitivo que en ningún otro momento de la Historia y en el que se conocen perfectamente cuáles son las ventajas de ir adaptando los procesos y las mecánicas de trabajo a la tecnología que va surgiendo en cada momento.
Imaginaos que, en un centro de producción industrial, una fábrica, no contáramos con la maquinaria más avanzada del mercado. ¿Resultado? La competencia que sí tuviera dicha maquinaria tendría la capacidad de producir los bienes de manera más rápida y abaratar los costes del proceso, por lo que podría contar con más opciones de venderlos de las que tenemos nosotros. Pero tenemos ejemplos también para un trabajo de oficina. Imaginaos que contáramos con versiones de softwares de hace 10 o 12 años. No proporcionarían todas las ventajas que sí que ofrecen los softwares actuales y que nos permiten reducir tiempos a la hora de acometer determinadas tareas. ¿Resultados? Un decrecimiento de nuestra productividad y un encarecimiento de los procesos.
Es el momento de que todos los negocios, con independencia del sector al que pertenezcan o del tamaño que tengan, empiecen a pensar en digitalizarse si todavía no lo han hecho. Esta no es una recomendación, es más bien una obligación si el objetivo que manejamos como cabezas visibles de ese negocio es mantenerlo por muchos años. La tecnología ha evolucionado de tal manera que a día de hoy es imposible pensar en que una empresa no esté digitalizada. La que no lo esté, va a cerrar sus puertas más pronto que tarde, os lo podemos asegurar.
Queremos hacer un análisis que defina cómo están las cosas en España en ese sentido. Y la realidad es que la situación nos preocupa. La crisis sanitaria provocada por la llegada del coronavirus puso a muchos negocios españoles entre la espada y la pared. Los que se habían digitalizado, consiguieron salvar más o menos los papeles, pero los que no habían pensado en este tema se tuvieron que digitalizar deprisa y corriendo (sin contar con experiencia en este campo) o directamente tuvieron que ver cómo sus ingresos durante la pandemia se reducían a cero.
En este contexto se sitúa la noticia del diario El País que os vamos a enlazar a continuación. Está fechada en septiembre del año 2020, un momento en el que ya contábamos con varios meses de pandemia y en el que habíamos vivido el confinamiento. En ese momento, el 80% de las empresas españolas no sabía o no podía digitalizarse. Y ese es uno de los problemas más grandes a los que se han tenido que enfrentar los negocios en los últimos tiempos. El dato es simplemente escalofriante y da una buena muestra del riesgo que corría el tejido empresarial español, un riesgo que por supuesto es trasladable a nuestra economía en su conjunto.
Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoría de esas empresas eran de un tamaño pequeño o mediano, el problema es todavía más grande porque no se cuenta con tantos recursos ni el personal propio necesario para afrontar un proyecto como del que estamos hablando. Todavía son muchos los negocios que están intentando adaptarse a la nueva realidad digital que nos rodea. Y es que la pandemia ha transformado ya algunos de los mecanismos de trabajo de los que disponíamos antes de la llegada del coronavirus.
La siguiente noticia que vamos a analizar es un poquito más reciente y data del mes de febrero del año 2022. En ella, los datos tampoco eran buenos porque se indicaba que las empresas españolas estaban por debajo de la media europea en materia de digitalización. Este es otro gran problema porque quiere decir que nuestras empresas son menos competitivas que las de nuestros socios europeos, lo cual influye de una manera determinante a la hora de generar ingresos. No hay que olvidar que, aunque en Europa la mayoría de los países formemos parte de la Unión Europea, también seguimos compitiendo entre nosotros. Si nos debilitamos, también le estamos dando alas a quienes tenemos al lado. Eso nunca es conveniente.
Queda mucho trabajo por hacer en materia de digitalización entre las pequeñas y medianas empresas españolas. Lo que están mostrando estos años ya posteriores a la pandemia es que el pequeño emprendedor español va siendo consciente de que hace falta un cambio de mentalidad y de que hay que ser operativos en materia digital para ser rentables y eficientes. Se trata de una de las conclusiones que ha obtenido un estudio recientemente elaborado por Dorado Rubio Asesores y que ha tenido en cuenta la inversión que realizan las pymes en un aspecto como el marketing digital o la cantidad de pequeños emprendedores de nuestro país que han solicitado ayuda en materia de consultoría digital.
Se trata de una muy buena noticia porque creemos que sienta un precedente. El emprendedor o emprendedora española ahora es más consciente de que necesita una mayor rapidez a la hora de acometer los cambios que son necesarios para hacer de su negocio algo competitivo y eso es lo que puede hacer que, para futuros avances, podamos adaptarnos con una mayor rapidez e incluso anticiparnos a los movimientos de las empresas de los países de nuestro entorno. Este es el camino que hay que seguir para convertir a la economía española en una de las más potentes del mundo. Porque, aunque es verdad que ya no estamos a la cola de Europa, hay mucho que hacer para terminar de ser una de las grandes potencias del continente.
Una adaptación necesaria con independencia de la edad
Hay un debate muy interesante en relación al tema de la digitalización: ¿la gente que es más mayor y que está relativamente cerca de jubilarse debe adaptarse a las nuevas tendencias y mecánicas de trabajo? Nuestra opinión es que sí, que así debe ser. Y es que, si todo el mundo ha de ser productivo hasta su último día, evidentemente tiene que saber manejar todos los instrumentos y herramientas que se usan día a día en el seno de un negocio que esté perfectamente digitalizado. Una persona mayor también tiene la obligación de estar perfectamente actualizada en sus conocimientos. Eso es algo que le va a venir de perlas incluso en su vida privada.
Como es lógico, es probable que los jóvenes tengan una mayor facilidad para conseguir adaptarse a las nuevas tendencias y cambios que se vayan produciendo con el paso de los años. Están más acostumbrados a ese tipo de herramientas y son mucho más proclives a manejar aspectos del trabajo que estén ligados a la digitalización. Eso no quiere decir que la gente más mayor tenga que trabajar como siempre lo ha hecho. Está claro que es necesario ir adaptándose a los nuevos tiempos para seguir siendo productivos. Lo tenemos que ver como un reto y no como una complicación.
Lo que está claro es que este es un tema que nos compete a todos y al que todos nos tenemos que adaptar. No es difícil hacerlo, simplemente debemos tener voluntad y paciencia, algo que las empresas tienen que proporcionar a su gente porque se debe comprender que una adaptación tan grande como la que implica un cambio de lo analógico a lo digital requiere de unos meses y que no es algo totalmente inmediato. Por eso decíamos antes que, cuanto antes se inicie el proceso de digitalización, mucho mejor.
Además, debemos siempre entender que cualquier avance es la base de cualquier otro avance posterior que se produzca. Debemos ir paso a paso en esto de la digitalización e ir cubriendo todas las etapas en el aprendizaje porque, de lo contrario, no tendremos ese conocimiento mínimo como para irse desarrollando poco a poco e ir trabajando de ese modo en que se demanda en la actualidad y que tan necesario es para que la entidad para que la que trabajamos obtenga la rentabilidad que se supone que ha de obtener con nuestro trabajo.
Ojalá que todo el mundo se digitalice. Ya no es algo que forme parte del futuro, es que es algo propio del presente. En los momentos en los que nos encontramos, es básico que todo el mundo tenga nociones (como mínimo) en el manejo de aparatos que tengan una determinada tecnología. Y esto es algo que se viene pidiendo en prácticamente todos los trabajos que existen a día de hoy. No podemos ser ajenos al mundo que nos rodea. No nos va a venir bien en ningún sentido. Es mejor que nos mentalicemos y tengamos esas ganas de aprender que nos deben caracterizar a lo largo de nuestra vida y que tan buena imagen nos va a generar.